sábado, 12 de febrero de 2011

El espíritu de protesta se extiende a Argelia y Yemen




La caída del presidente de Egipto, Hosni Mubarak, no ha puesto fin a la ola de protestas antigubernamentales que se extiende por los países árabes y del Magreb: en la lista ya están Argelia y Yemen.

Inspirados por el éxito de los opositores a Mubarak en lograr que el mandatario se apartara del poder, miles de argelinos y yemeníes volvieron a salir a las calles para protestar.

En el país norteafricano (Argelia), los manifestantes que desafiaron la prohibición del gobierno se toparon con el fortísimo despliegue policial preparado por la administración encabezada por Abdelaziz Buteflika y no pudieron consumar su protesta.

Por el lado yemení, miles de personas tomaron las calles de la capital, Saná, para por primera vez, no limitarse a exigir reformas sino directamente la salida del presidente Abdulá Saleh.

Se registraron enfrentamientos entre los manifestantes y los partidarios del presidente.




¿Qué esta pasando en Yemen?



El país más pobre de Medio Oriente, con un 40% de la población viviendo con menos de US$2 al día, tiene como presidente a Saleh desde hace 32 años.

Según la corresponsal de la BBC, el mandatario es famoso por su habilidad para sortear los problemas. A veces consiguiendo el apoyo de los líderes tribales, otras enfrentándolos entre ellos.

Su presidencia ha sobrevivido a los movimientos secesionistas del sur, a los rebeldes del norte y a la activa presencia de Al Qaeda. Ahora el reto es nuevo: la ira de su propia gente.

"Cuando pasó en Túnez, Saleh estaba fastidiado. Cuando pasó en Egipto, ya estaba horrorizado", le dijo a la BBC Abdul Ghani, comentarista político residente en Saná.

Ante las primeras protestas, ofreció a la oposición numerosas concesiones, prometió nuevos incentivos económicos, abrir un diálogo nacional y adelantó que dejará el sillón presidencial cuando termine su mandato en 2013.

La estrategia pareció funcionar, la protesta del "Día de la Ira" –el 3 de febrero– fue una de las mayores en la historia del país, pero pacífica.


Reformas

Hasta ahora los opositores se limitaban a pedirle al mandatario que convirtiera en hechos sus palabras, "reformas radicales" en vez de promesas. Además, el presidente conserva muchos y leales partidarios.

"En tanto todo lo que hemos oído son palabras, seguimos esperando por acciones. Estamos esperando a que él lo haga", comentó Yassine Naman, líder de la oposición socialista.

"Estoy harta, no hay nada aquí aparte de pobreza y corrupción", le dijo a la BBC Hala, una estudiante de 23 años. Sin embargo, también advirtió que no expresará su malestar en la calle.

"Esto no es Egipto, el lugar de una mujer es la casa. Nuestras tradiciones no nos permitirían ir, pero los hombres tienen mucha libertad aquí", lamenta.                     



En Argelia



Además de Yemen, el otro país en el que los opositores buscan contagiarse de lo sucedido en Egipto y Túnez es Argelia, donde este sábado miles de personas intentaron marchar contra el presidente Buteflika, en el poder desde 1999.

Pese a que las protestas públicas están prohibidas en Argelia desde 1992 que rige el estado de emergencia en el país, cientos de manifestantes salieron a las calles de la capital argel con gritos de "¡Fuera Buteflika!".

Sin embargo, quienes se atrevieron a desafiar la prohibición del gobierno, terminaron neutralizados por las decenas de miles de policías antidisturbios desplegados en Argel.

Según la corresponsal de la BBC en Argel, Chloe Arnold, las calles de la capital argelina estaban controladas por unos 30.000 agentes y la policía desplegó tanques y helicópteros en puntos estratégicos de la ciudad.

Grupos defensores de derechos humanos sostienen que cientos de personas fueron arrestadas.

Para la corresponsal de la BBC, las autoridades argelinas mostraron este sábado que no dejaron nada al azar y que tienen medios para hacerse cargo ante cualquier señal de un intento de revuelta.

No obstante, los organizadores de la manifestación dijeron que esta fue un éxito: "Rompimos el muro de miedo. Esto es sólo el principio", afirmó Fodil Bourmala, uno de los fundadores de la Coordinadora Nacional para el Cambio y la Democracia

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