martes, 22 de marzo de 2011

Yemen, el efecto domino sigue y parece no tener cuando acabar



La ya rebautizada como plaza del Cambio vio desfilar ayer a funcionarios y militares que anunciaban su apoyo a la protesta. También miembros de las tribus que, por primera vez, iban acompañados de sus mujeres e hijos, lo que daba un ambiente festivo a la concentración. Abdulrahman al Eryani, destituido como ministro de Recursos Hídricos el pasado domingo con el resto del Gobierno, declaró que se unía a los manifestantes. También se anunciaron nuevas deserciones en el cuerpo diplomático, entre ellas la del representante ante la Liga Árabe.


El presidente de Yemen, Ali Abdalá Saleh agitó el fantasma de la guerra civil durante una intervención televisada ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas. "Cualquier intento de tomar el poder por medio de un golpe de Estado llevaría a la guerra civil", advirtió tras calificar de "motín" la decisión de apoyar las protestas del general Ali Mohsen Saleh al Ahmar, el virtual número dos del Ejército.

"No estamos buscando el poder", le contestó el general rebelde a través de Al Jazeera. El militar dijo desear que se presione al presidente para que "acepte la hoja de ruta de la oposición para una transición pacífica, incluida su salida antes de fin de año".

YEMEN: Té para manifestantes

Las movilizaciones no han cesado desde mediados de febrero, a pesar de la fuerte represión. Miles integran la multitud que prometió no retroceder hasta que el presidente Ali Abdalá Saleh abandonara el cargo.

La situación en Yemen se enmarca en una ola de protestas antigubernamentales en el mundo árabe que se inició a mediados de enero, cuando movimientos populares derrocaron en Túnez al presidente Zine El Abidine Ben Ali. Le siguieron protestas similares en Egipto, que terminaron con el régimen de Hosni Mubarak.

A mediados de febrero, yemeníes iniciaron sentadas de protesta en todo el país. Frente a la Universidad de Sana’a, estudiantes iniciaron su propia manifestación, que fue creciendo. Ahora el lugar está lleno de tiendas de campaña.

Algunos han traído televisores y obtienen la electricidad de comercios vecinos.

Pero lo más llamativo de esta atmósfera casi festiva es el inmediato interés de comerciantes en atender las necesidades de los manifestantes.

Gassiem al-Shi’ri, de 13 años, vende una variedad de bolsas con la bandera yemení. Los manifestantes pueden no estar contentos con sus líderes, pero aman a su país.

“Estoy aquí desde el primer día de protestas. Gano entre 1.000 y 2.000 riales yemeníes (entre cuatro y ocho dólares) al día”, señaló.

Se trata de un ingreso decente para un país en el que 40 por ciento de sus 24 millones de habitantes viven en la pobreza. Es una de las estadísticas que muchos esperan cambien una vez que salga del poder Saleh, quien ha gobernador por 32 años.

“¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera! Si Dios quiere, el presidente dejará este país”, gritaba al-Shi’ri.

La Liga Árabe condena los "crímenes contra civiles" en Yemen

Representantes de la Liga Árabe condenaron el martes los "crímenes contra los civiles" cometidos en Yemen y llamaron a las autoridades yemeníes a responder a las demandas de la población de "manera pacífica".

La Liga Árabe "condena firmemente los crímenes cometidos contra los civiles, y llama a esfuerzos concertados para preservar la unidad nacional y el derecho a la libre expresión", indicaron los representantes en un comunicado.

También llamaron al "diálogo ( y a recurrir a) métodos democráticos para responder a las demandas del pueblo yemení de manera pacífica".

Desde fines de enero, Yemen es teatro de un movimiento de contestación cuya represión provocó decenas de muertos.

El martes, el presidente Saleh, en el poder desde hace 32 años, advirtió de los riesgos de una guerra civil en Yemen frente a la intensificación de las manifestaciones que reclaman su partida inmediata.



Khaled Khaderi cerró su negocio de ropa para instalar un comercio de venta de té en el área que los manifestantes han pasado a llamar “Plaza del Cambio”:

“Éste es el sabor de la libertad”, decía Khaderi mientras entregaba tazas a sus clientes. “Solía vender prendas de vestir cerca de la Universidad de Sana’a, pero opté por el té para hacer más dinero. La gente no venía aquí a comprar ropa. Querían té”, señaló.

Otros vendedores que ya estaban instalados cerca de la Universidad han visto incrementados sus ingresos. Ahmed Salhed, quien repara calzados en la calle, dijo que tuvo más clientes desde que empezaron las protestas.


El presidente de Yemen propone irse en 2012 y advierte del riesgo de guerra civil

El presidente de Yemen, Ali Abdalá Saleh, sugirió ayer adelantar su salida del poder a finales de año tras celebrar elecciones. La propuesta fue rechazada de inmediato por los partidos de oposición y por los activistas prodemocracia, que exigen su dimisión ya. Saleh, que lleva tres décadas en el poder y cuyo mandato concluye en 2013, aseguró durante una reunión con la cúpula militar que el país podría sumirse en una guerra civil debido a los intentos de golpe contra él.

"El presidente dijo que entregaría el poder tras unas elecciones y la formación de instituciones democráticas a finales de 2011 o primeros de 2012", declaró su secretario de prensa, Ahmed al Sufi, citado por Reuters. Al Sufi se refería a la reunión que Saleh había mantenido la noche anterior con líderes tribales. Según su portavoz, el presidente "no se irá sin saber a quién entrega el poder" y tampoco lo transferirá a los militares.

"La declaración del presidente es una mera maniobra política", desestimó Mohammed al Sabri, portavoz del Foro Común. Esa organización que agrupa a los partidos de la oposición ya le propuso esa salida a mediados de febrero. Saleh se negó, pero ofreció un referéndum sobre una nueva Constitución que estableciera la separación de poderes. "Lo que era aceptable ayer ya no lo es hoy", justificó Al Sabri. A medida que crece el apoyo a los acampados en la plaza de la Universidad, se radicalizan sus exigencias.


Fuente: Reuters, Efe, BBC Mundo

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